Aquí estamos todas, delante de una caja. Como si el final hubiera llegado. Y es que, de alguna manera, el final de una era está aquí. Esta semana, de forma antagónica a los sentimientos que respiramos a causa de la Navidad, cierra Colette Paris. Para quién no la conozca, era una tienda a la que obligatoriamente debías hacer una visita en cada viaje a París y si coincidía que te quedabas dos o más semanas, repetías.
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Colette significa reinventarse, una tienda que cada semana cambia, bueno a partir de ahora de la que hablaremos en pasado. En la que podías encontrar moda, libros, gadgets, revistas internacionales, libros de lo más variopinto, cosmética, perfumería, bar especializado en agua e incluso una pequeña zona dedicada a exposiciones artísticas. Un Concept Store en toda regla.
Pero este Concept Store, para nosotras, va más allá. La perfecta unión de una madre y una hija, que fuerza tan grande y que magia surge de esta sinergia. Ahí vimos la luz en nuestra historia, que os contaremos en otra ocasión, más detenidamente. Colette Roussaux y su hija Sarah Andelman, han conseguido hacer de su estilo de vida, de sus gustos, tendencia. Esto no es una labor fácil, pero con mucha implicación y siendo ellas mismas han logrado llevar a Colette a lo más alto.
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El mismo Karl Lagerfeld, káiser de la moda, afirmó “Debo decir que admiro mucho a Madame Colette y a Sarah. Es la única tienda a la que voy porque tienen cosas que nadie más tiene. Compro relojes, teléfonos, joyas… Han inventado una fórmula que no se puede copiar fácilmente ya que solo existe una Colette y ella y su hija están implicadas al 200%”. También reciben visitas de las personalidades más influyentes del mundo artístico de forma habitual, en cualquier visita a su tienda es posible que te encuentres diseñadores, súper modelos o ilustradores de renombre.
Del 1997 al 2017, veinte años de trayectoria, Colette cierra sus puertas con colaboraciones con las marcas más influyentes a sus espaldas como por ejemplo, Chanel, Evian, Rolex, Louis Vouitton , Apple, Adidas o Yves Saint Laurent. No han dejado a nadie indiferente, diseñadores, artistas, escritores, perfumistas, músicos, han conseguido captar cada tendencia hasta que la propia tienda se convirtió en el punto que las marcaba. Colette podría tener aún mucho que decir pero Madame Colette ha decidido que es ‘su momento’ de disfrutar la vida y ¿qué es un proyecto sin la mitad de su alma? Sólo nos queda agradecerles a ambas, todo lo que nos han aportado, no sólo a los seguidores de la moda, si no al mundo. Gracias por enseñarnos que las compras pueden entenderse como un conjunto, como una experiencia.
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Quizá te preguntaras, ¿y por qué SondeMar despide a Colette? Bueno pues es que sin Colette, SondeMar no existiría. Hace ya dos años, un viaje a París con visita a Colette incluida fue el perfecto detonante que nos animó a traer, lo que nos pareció, un maravilloso concepto de comercio en el que se aunaban una gran variedad de productos que rodean un estilo de vida. Desde entonces, fue algo más que una tienda, casi un templo. Obligatorio, casi lo primero que hacemos al aterrizar en París, es hacer una visita a esta mítica tienda que nos dice ‘Au Revoir’. Confieso de forma personal, escribiendo estas líneas que llegabas a sentirte parte de algo, entre aquellas cuatro paredes. En una sociedad en la que los movimientos son volátiles y efímeros, en esa tienda siempre te sentías parte de la modernidad, del cambio de la moda. Un hervidero de ideas, en la que te encontrabas clientes variopintos, de los que podías sacar de las mejores ideas. Recuerdo una visita, ya en la cola de caja, una chica trajeada y con maletín de trabajo, esperaba para comprar unas divertidísimas alpargatas de cuadros rojas con volante. Me hizo sonreír y pensar que un look no nos define, que somos versátiles y que nunca puedes prejuzgar a una persona como viste el día que la conoces.
Y desde Valencia, nos sumamos a todos aquellos que te echarán de menos. ¡Adiós Colette, chispa de ideas!